Soy el mushishi bajo la corteza, la sigilosa sombra que refresca tu lengua. Soy todo cuanto deseas, cada hoja y cada piedra, cada rama, cada hora de tormenta. Aquello que te agita rompiendo tu mirada serena, soy La Selva. Ven a mí y hallarás lo que haya, lo que de la tierra mana, lo que tus piernas andan y tu mente calla, seré lo que traigas. Ven a mí, a tu alma frondosa de historias pasadas, a la rugosa piel de los días de las montañas. Ven a mí, a contemplar la mágica arbolada sobre pilares de años de savia.
Precioso!
Un abrazo.
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Muchas gracias, otro para ti.
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Voy a ti, como el rocío a la rosa,
inundándola,
despertando su aroma,
llenándola de frescor.
Voy y me acojo a tu sombra
que me envuelve
con su manto acogedor…
Muy bello el texto y la fotografía. Un abrazo.
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Muchas gracias, muy bonito tu comentario, así da gusto, un abrazo
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Como que da un escalofrío al leerlo. Bravo.
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Hay escalofríos que siempre son bienvenidos, muchas gracias, un abrazo.
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