Me deformé con el tiempo, adquirí vicios, manchas, arrugas, manías… Perdí la inocencia de cuando era crío, los impulsos adolescentes de saltar al vacío, la necesidad de tí cuando te has ido. Sí, ha sido largo el camino…
Me conformé con el tiempo, como el resto, nací pegote de arcilla y adquirí las marcas que en mi alma yacen y las llagas que en mi piel cicatrizan.
No pedí la cuenta, que será larga, de todas las largas noches y días de amores, fracasos y envidias. De todas las manos tendidas sobre el aire, las miradas perdidas sobre alguien que nunca se gira.
Esta fue, es y será mi vida, la quietud concebida en la incertidumbre tempestuosa del devenir de los días. La imaginación desmedida, sin control ni salida. Un torrente confuso de sensaciones que arrastra mis ilusiones al barranco sin nombre donde se destierran los soñadores.
Tantas veces vamos cambiando de piel, muy real. Hoy me hice un ratito para recorrer éste escrito otra vez y siempre es hermoso leerte, un beso desde Buenos Aires.
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Muchas muchas gracias por sacar un ratito para mí! Me alegra mucho que te guste. Buenos Aires ya suena bien, pero si encima ese aire me trae un beso, pues vaya maravilla!! Otro para ti
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