Somos átomos, enlaces casuales, cadenas de eslabones lanzados al aire, condensados en minúsculas gotas de azares.
Animales salvajes, radiantes núcleos de ideas que se compensan con nuestros instintos naturales; somos transeúntes paseando por las edades de la tierra, acumulaciones de nubes, de instantes a la espera, pasajeras.
Somos ciencia y violencia, espíritu y vivencias, caminantes perdiendo día a día la tan preciada inocencia. Energía en todas sus formas, tan parecidas e indestructibles como nuestras hermosas diferencias.
Somos equivalencias atormentadas por la temporalidad de nuestra esencia, minúsculas aglomeraciones de emociones que, cuando calienta demasiado tiempo el sol, se secan.
(Fotografía: rocío sobre tela de araña, pinares del alto Tajo)
…y se evaporan.
Que tengas un buen día!!
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Me encanta la palabra evaporar, tiene esa mezcla de transformación y desaparición que me atrae.
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No podría estar más de acuerdo.
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Muchas gracias, soy un desastre para organizar nada, pero también soy un firme defensor de que las palabras son para compartirlas, para regalar, para expresar y, como no, para ayudar a quienes el aire se las lleve y las aprecien.
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Gracias por haberte pasado porque has hecho que te descubra. Me gusta mucho esta forma de escribir. La relatividad existencial quizá sea lo más lógico que ha pensado el ser humano.
Buenas noches =O)
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Gracias a tí por tu comentario, así dan ganas de seguir. La búsqueda de respuestas pasa sin duda por el análisis del entorno y su interpretación, para mí escribir es una necesidad. Me encanta tu comentario, muchas gracias!
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